Esquema
del Adviento 2016
Inicia con las vísperas del domingo más cercano al 30 de Noviembre
y termina antes de las vísperas de la Navidad. Los domingos de este tiempo se
llaman 1°, 2°, 3° y 4° de Adviento. Los días del 16 al 24 de diciembre (la Novena de Navidad) tienden a preparar más
específicamente las fiestas de la Navidad.
El tiempo de Adviento tiene una duración de cuatro semanas. Este
año 2016, comienza el domingo 27 de noviembre, y se prolonga hasta el 24 de
diciembre. Podemos distinguir dos periodos. En el primero de ellos, aparece con
mayor relieve el aspecto escatológico y se nos orienta hacia la espera de la
venida gloriosa de Cristo. Las lecturas de la misa invitan a vivir la esperanza
en la venida del Señor en todos sus aspectos: su venida al final de los tiempos,
su venida ahora, cada día, y su venida hace dos mil años.
En el segundo periodo se orienta más directamente a la preparación
de la Navidad. Su nos invita a vivir con más alegría, porque estamos cerca del
cumplimiento de lo que Dios había prometido. Los evangelios de estos días nos
preparan ya directamente para el nacimiento de Jesús.
En orden a hacer sensible esta doble preparación de espera, la
liturgia suprime durante el Adviento una serie de elementos festivos. De esta
forma, en la misa ya no rezamos el Gloria, se reduce la música con
instrumentos, los adornos festivos, las vestiduras son de color morado, el
decorado de la Iglesia es más sobrio, etc. Todo esto es una manera de expresar
tangiblemente que, mientras dura nuestro peregrinar, nos falta algo para que
nuestro gozo sea completo. Y es que quien espera es porque le falta algo.
Cuando el Señor se haga presente en medio de su pueblo, habrá llegado la
Iglesia a su fiesta completa, significada por solemnidad de la fiesta de la
Navidad.
Tenemos cuatro semanas en las que Domingo a Domingo nos vamos
preparando para la venida del Señor. La primera de las semanas de adviento está
centrada en la venida del Señor al final de los tiempos. La liturgia nos invita
a estar en vela, manteniendo una especial actitud de conversión. La segunda
semana nos invita, por medio del Bautista a «preparar los caminos del Señor»;
esto es, a mantener una actitud de permanente conversión. Jesús sigue
llamándonos, pues la conversión es un camino que se recorre durante toda la vida.
La tercera semana preanuncia ya la alegría mesiánica, pues ya está cada vez más
cerca el día de la venida del Señor. Finalmente, la cuarta semana ya nos habla
del advenimiento del Hijo de Dios al mundo. María es figura, central, y su
espera es modelo estímulo de nuestra espera.
En cuanto a las lecturas de las misas dominicales, las primeras
lecturas son tomadas de Isaías y de los demás profetas que anuncian la
Reconciliación de Dios y, la venida del Mesías. En los tres primeros domingos
se recogen las grandes esperanzas de Israel y en el cuarto, las promesas más
directas del nacimiento de Dios. Los salmos responsoriales cantan la salvación
de Dios que viene; son plegarias pidiendo su venida y su gracia. Las segundas
lecturas son textos de San Pablo o las demás cartas apostólicas, que exhortan a
vivir en espera de la venida del Señor.
El color de los ornamentos del altar y la vestidura del sacerdote
es el morado, igual que en Cuaresma, que simboliza austeridad y penitencia. Son
cuatro los temas que se presentan durante el Adviento:
Primer Domingo: 27 de noviembre
La vigilancia en
espera de la venida del Señor. Durante esta primer semana las lecturas bíblicas
y la predicación son una invitación con las palabras del Evangelio: "Velen y estén preparados, que no
saben cuándo llegará el momento". Es importante que,
como familia nos hagamos un propósito que nos permita avanzar en el camino
hacia la Navidad; ¿qué te parece si nos proponemos revisar nuestras relaciones
familiares? Como resultado deberemos buscar el perdón de
quienes hemos ofendido y darlo a quienes nos hayan ofendido para comenzar el
Adviento viviendo en un ambiente de armonía y amor familiar.
Desde luego, esto deberá ser extensivo también a los demás grupos de personas
con los que nos relacionamos diariamente, como la escuela, el trabajo, los
vecinos, etc. Esta semana, en familia al igual que en cada comunidad
parroquial, encenderemos la primer vela de la Corona de Adviento, color morada,
como signo de vigilancia y deseos de conversión.
Segundo Domingo: 4 de diciembre
La conversión,
nota predominante de la predicación de Juan Bautista. Durante la segunda
semana, la liturgia nos invita a reflexionar con la exhortación del profeta
Juan Bautista: "Preparen
el camino, Jesús llega" y, ¿qué mejor manera de prepararlo
que buscando ahora la reconciliación con Dios? En la semana anterior nos
reconciliamos con las personas que nos rodean; como siguiente paso, la Iglesia
nos invita a acudir al Sacramento de la Reconciliación (Confesión) que nos
devuelve la amistad con Dios que habíamos perdido por el pecado. Encenderemos
la segunda vela morada de la Corona de Adviento, como signo del proceso de
conversión que estamos viviendo.
Durante esta semana puedes buscar en los diferentes templos que
tienes cerca, los horarios de confesiones disponibles, para que cuando llegue
la Navidad, estés bien preparado interiormente, uniéndote a Jesús y a los
hermanos en la Eucaristía.
Tercer Domingo: 11 de diciembre
El testimonio,
que María, la Madre del Señor, vive, sirviendo y ayudando al prójimo. Coincide
este domingo con la celebración de la Virgen de Guadalupe, y precisamente la
liturgia de Adviento nos invita a recordar la figura de María, que se prepara
para ser la Madre de Jesús y que además está dispuesta a ayudar y servir a
quien la necesita. El evangelio nos relata la visita de la Virgen a su prima
Isabel y nos invita a repetir como ella: "Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga
a verme?.
Sabemos que María está siempre acompañando a sus hijos en la
Iglesia, por lo que nos disponemos a vivir esta tercer semana de Adviento,
meditando acerca del papel que la Virgen María desempeñó. Te proponemos que
fomentes la devoción a María, rezando el Rosario en familia, uno de los
elementos de las tradicionales posadas.
Encendemos como signo de espera gozosa, la tercer vela, color rosa, de la
Corona de Adviento.
Cuarto Domingo: 18 de diciembre
El anuncio del
nacimiento de Jesús hecho a José y a María. Las lecturas bíblicas y la
predicación, dirigen su mirada a la disposición de la Virgen María, ante el
anuncio del nacimiento de su Hijo y nos invitan a "Aprender de María y aceptar a
Cristo que es la Luz del Mundo". Como ya está tan próxima
la Navidad, nos hemos reconciliado con Dios y con nuestros hermanos; ahora nos
queda solamente esperar la gran fiesta. Como familia debemos vivir la armonía,
la fraternidad y la alegría que está cercana celebración representa. Todos los
preparativos para la fiesta debieran vivirse en este ambiente, con el firme
propósito de aceptar a Jesús en los corazones, las familias y las comunidades.
Encendemos la cuarta vela color morada, de la Corona de Adviento.

No hay comentarios:
Publicar un comentario